Se rumorea zumbido en Falta de empatía
A pesar de la relevancia de la comunicación efectiva, existen diversas barreras que pueden dificultar el proceso:
La honestidad lo es todo. Si antaño comentamos que no hay falta más importante que escuchar, no hagan caso, la honestidad lo es más aún. La verdad engendra verdad, pero ser totalmente honesto a veces puede asustarnos, porque a veces significa confiarle a otros aspectos importantes o privados de nuestra vida. Pero no podemos esperar honestidad, si nosotros mismos nos negamos total y brutalmente a ella.
Esto se debe a que la comunicación efectiva ayuda a originar confianza entre los individuos y todavía a conocer con claridad cuáles son las metas y los objetivos que guían el trabajo de una compañía o una institución.
Momentos inoportunos: La disyuntiva del momento y el lugar para comunicar un determinado mensaje es de suma importancia.
En las próximas líneas veremos varias ideas clave para cultivar el compromiso en la pareja y a la momento evitar que este se convierta en un sistema de control constante y enfermizo que convierta la relación en una tiranía.
La audición es una diplomacia que exige apertura, transparencia y ganas de comprender. El ajustado nivelación entre conocer escuchar y memorizar charlar produce el diálogo.
Todavía es crucial aprender a comunicar las emociones de manera asertiva, sin herir al otro, y a apañarse soluciones juntos en emplazamiento de culparse mutuamente.
Organizar la información. Se debe here organizar lo que se pretende comunicar. Para lograrlo, es necesario conocer el tema y ordenar la información de forma tal que vaya de lo más conocido a lo nuevo o de lo Caudillo a lo particular.
Ocurre a veces que cuando estamos hablando con otra persona tenemos, tanto el otro como nosotros, dificultades para escuchar; pasando de escuchar a escuchar en muchas ocasiones, mientras elaboramos qué vamos a opinar cuando el otro acabe, en tiempo de intentar prestar atención a lo que nos dicen, quedando el diálogo bloqueado por incontinencias verbales.
Sin empatía no hay escucha activa. Por consiguiente, para que la comunicación efectiva se produzca debemos ser capaces de ponernos en el zona del otro y comprenderlo desde su posición.
El respeto mutuo se traduce en abrazar la individualidad de la otra persona y aceptarla como un ser que te complementa y no como alguno que deba pensar y actuar igual que tú.
La escucha activa consiste en dedicarte a mejorar tus habilidades para escuchar. Y eso incluye ponernos alertas respecto a nuestras reacciones, y más aún sobre nuestras tendencias.
Cuando una persona no te mira a los Fanales el mensaje que transmite con su jerigonza corporal es de desinterés o de aburrimiento.
Y es que todo lo que hemos indicado arriba servirá de muy poco si, a pesar de haber escuchado y entendido la conversación, nos mantenemos inflexibles o nos mostramos intransigentes.